A los futuros Cincheconas de Chilli-Mapu:
¿Será el indígena, aquel que apuntamos con dedo inquisitivo asignándole adjetivo de primitivo, más sabio que el hombre en el cual el día progresa haciendo de sus sombras más largas, quizás así mismo algo más densas?
El segundo acomoda su espacio para hacerlo más cómodo en su habitar, capaz de mentirse respecto a lo inmanente, lo inmaterial. Lucha, se desangra y se miente, construyéndose otra ficción basada en lo nuevo, así arremete, gran fortaleza, lapidando energía su mentira Él cree.
El primero encuentra su norte en el sur, así como los Mapuche hicieron de aquella tierra su hogar, inhóspita y dura, inmersos en lo suave de lo natural, uno con su entorno, dueños de su propio lugar. Sin oponer resistencia en el habitar, fluyendo como en el agua siguiendo como el río su caudal. Haciéndose camino en el bosque con el respeto irrestricto a la ley natural. Así todas las mutaciones posibles encontraron espacio en este lugar, en el occidente su mirada, sincrónicamente oriental.