Con una madre que quizo tener gemelas, que lo vistió de niña y lo llamó Ernestina durante sus primeros años de su vida y con un padre que se suicidó de una enfermedad incurable en 1928. No fue una infancia y adolescencia muy feliz.
Participó en guerras, fue herido, se enamoró de su enfermera, se casó en cuatro oportunidades, se llenó de excesos y sin embargo, todo lo anterior influyó profundamente en su producción literaria.
¿Qué nos enseñan estos grandes personajes? A ser honestos con nuestra vida, a tomar lo bueno y lo malo porque de eso es que estamos hechos. No hacerlo sería traicionarse.
Méritos para escribir la frase tenía de sobra y razones para leerla nosotros, muchas más.
Ernest Hemingway, gran escritor de la Generación Perdida. Ganador del Premio Nobel en 1954.