«Estás sobrecalificado» «Eres muy bueno para el cargo» ¿No será un tanto mediocre no contratar a una persona por sobrepasar la media del equipo?
Vamos al origen: La palabra mediocre viene del latín mediocris (medio «central» y ocris «montaña») es decir, quedar a mitad de la montaña.
El canadiense Deneault la redefine como «mediocracia», esa que «nos anima de todas las maneras posibles a amodorrarnos antes que a pensar, a ver como inevitable lo que resulta inaceptable y como necesario lo repugnante”.
Hoy en día, la rentabilidad del trabajo está por sobre la excelencia de éste: Profesores que no pueden investigar por tener que cumplir una pauta, periodistas que no pueden decir lo que piensan, profesionales con jornadas extenuantes que permiten solo «cumplir» con lo solicitado y leyes que sancionan si nos salimos de este marco.
¿Y si la mediocridad ya alcanzó nuestro sistema político, público y económico? ¿Para dónde nos dirigimos? ¿Perdimos la batalla?
Mejor combatámosla, que de esa lucha SIEMPRE saldremos vencedores
Séneca, autor recomendado por nuestro amigo: @filosofo.cordillerano