Templar, de templo, de temperar o sea calmar o moderar. A partir de su bella etimología esta palabra nos habla desde la profundidad oculta de su perenne significado acerca de aquel lugar sagrado, ¿el cuerpo? ¿el yo? ¿el sí mismo?, quizás los tres en uno integrado, y el trabajo que ha de hacerse para fraguar y forjar el metal pesado de la ignorancia y sea esta la que impulse a conocer.
La educación un medio, y el aprendizaje, el templar o temperar el acero para hacerlo dúctil adaptándose a las circunstancias y adaptando estás a sí, fluyendo como el agua, adoptando la forma y así adaptando la circunstancia.
Es posible apreciar cómo la búsqueda de la política, grandes conglomerados económicos y otros actores importantes que marcan de alguna manera el devenir del mundo han buscado a este simplificarlo, hacer que las cosas sean obtenidas de manera más fácil para que todos tengan acceso a la mayor cantidad posible de cosas y esto ha sido logrado a costa de quitar calidad y así se ha alcanzado este momento que se vive hoy en el planeta.
La obtención de un título universitario es mucho más fácil que hace algunos años atrás, imagínese la obtención de post títulos y doctorados, ya cualquier persona puede obtenerlo y ¿para qué? Hoy está colgado y la deuda avanzando y es relativo si hicieron de este un mundo mejor a la luz de los acontecimientos que es posible apreciar alrededor.
El hecho de que las cosas sean para todos es justamente lo que las hace excluyente, ¿ha sido necesario que todos lleguen a la Universidad y tengan títulos para la sociedad, para el mundo? O un mero capricho que inundó de soberbia el alma humana, pues ¿quién se siente ignorante hoy?
El acceso a las cosas también se ha “facilitado” (o se ha dado al menos esta impresión al ser pagado en cómodas cuotas), ya todos podían viajar por ejemplo y ¿era necesario que todos lo hicieran? hay aquella incesante búsqueda de la igualdad, cuál es la magia de esta palabra, que contendrá su gematría para ser tan popular pues toda doctrina apela a alcanzarla, cómo si la igualdad tuviera alguna virtud inherente y como si fuera posible alcanzarla.