Es posible observarse en ocasiones la necesidad de reconocimiento que asalta acompañada de la mano de celebración de “días de…” que hoy abundan. ¿Estará ligado a alguna carencia, alguna necesidad, algún dolor, enfermedad quizás? ¿Para qué ha de ser reconocido alguien por otro, que se obtiene? ¿Cuál es la profunda necesidad que habita en el hecho de ser reconocido por algo que es deber?
Es posible verlo de otra forma; imagínese si el reconocimiento es el entregarse en servicio a otro, pues si aquello que se hace tiene un fin honesto, ya aquello es suficiente paga e incluso el vuelto, agradecido ha de ser el silencio propio por tener el honor de hacer, radica ahí el ser y aquello gracias al otro.
Se podría continuar reflexionando acerca de una idea colindante que tiene relación con otro concepto también interesante. Hoy se celebra y manifiesta el orgullo, y quizás de un momento a otro se borre todo de pronto y la vida sea una silenciosa celebración de la humildad, pues todo aquello fruto de propaganda oportunismo de la política y las marcas.
Toda la estructura en la que aquel pensamiento se basaba, una gran mentira no vendida y a un alto costo pagada y que hoy cae transformándose en vana fatamorgana.